Tras un aumento del interés de los inversores, la enorme subida del Bitcoin podría haber llegado a su fin. Los inversores están abandonando Bitcoin para volver al mercado del oro. ¿Por qué la gente opta por invertir en oro en lugar de Bitcoin? Y lo que es más importante, ¿qué significa esto para los mercados de criptomonedas?
La enorme revalorización de Bitcoin, debida en gran parte a la nueva tecnología blockchain, hizo que muchos inversores se interesaran por la criptomoneda. Su valor aumentó a lo largo de 2017, alcanzando un máximo en torno a los 20.000 dólares (una multiplicación por 25 de su valor en 2017). En ese momento, el oro había subido un 4%. Desde entonces, sin embargo, las cosas se han visto muy diferentes para la criptodivisa. Bitcoin ha disminuido su valor en torno al 82%, mientras que el oro se mantiene fuerte con una subida del 2,2%. Esta pérdida de valor se ha producido porque los inversores se han alejado de la criptomoneda. Van Eck Associates encuestó a unos 4.000 inversores de Bitcoin y descubrió que en 2019 harían del oro su principal inversión. Esta situación se está produciendo en todos los mercados de criptodivisas a medida que los inversores empiezan a darse cuenta de que, aparte de la blockchain, Bitcoin no tiene ningún valor inherente mientras que una divisa como el oro sí lo tiene. Si bien esta situación es preocupante para Bitcoin, ¿qué significa para el mercado de criptodivisas en general?
Mientras que los inversores pueden estar abandonando Bitcoin en favor del oro, la criptomoneda en general sigue siendo relativamente fuerte. Indonesia, que antes se oponía firmemente a la criptodivisa, ha decidido aceptar Bitcoin como producto comercializable. Además, la comunidad en general está empezando a adoptar lentamente esta tecnología, con nuevos estudios que indican que alrededor de una de cada diez personas posee una criptodivisa. Bancos como JP Morgan están considerando la posibilidad de lanzar sus propias monedas y muchos vendedores están empezando a aceptar lentamente la criptomoneda como forma de pago. Sin embargo, aún queda un largo camino por recorrer antes de que la criptomoneda se convierta en la corriente dominante.
Aunque las criptomonedas son cada vez más utilizadas y aceptadas, hay varios problemas que impiden que se conviertan en la corriente dominante. Por ejemplo, todavía existen problemas con el hackeo de monedas virtuales: los informes indican que los hackers pudieron robar alrededor de 980 millones de dólares de los intercambios en 2018. Además, se ha demostrado que muchas Ofertas Iniciales de Monedas (ICO), diseñadas para permitir a las personas comprar la moneda antes de que se cotice en un intercambio, son estafas. Dado que las criptomonedas son imposibles de rastrear, se han hecho populares en la comunidad de piratas informáticos, ya que muchos hackers las exigen como pago para desbloquear dispositivos pirateados. Por último, los reguladores tardarán mucho tiempo en comprender y legislar esta nueva tecnología. Con todos estos complejos problemas aún por resolver, es poco probable que las criptomonedas sean aceptadas por el gran público a corto plazo, y los inversores probablemente seguirán prefiriendo inversiones tradicionales como el oro.
Aunque el futuro de cualquier mercado no puede predecirse con un 100% de exactitud, Bitcoin ha demostrado ser muy impredecible. Sin embargo, es probable que si se mantienen las tendencias actuales, Bitcoin pierda aún más inversores en favor del oro.
