En los últimos años, la decisión de invertir en metales preciosos ha ido casi siempre seguida de las opciones oro y plata, hasta el punto de que estos dos parecen ser los únicos metales preciosos. Sin embargo, con el paso del tiempo se han añadido a la lista varios metales menos comunes, como el paladio y el platino. Aunque el bombo que se les da no es tan grande como el de los metales preciosos más populares, si los inversores son buenos, no hay duda de que estos metales constituyen una de las pocas formas alternativas de diversificar las carteras de inversión.
Ante las opciones de invertir en oro y plata, la pregunta que se plantea es ¿por qué invertir en paladio y platino, dos metales preciosos menos populares? Se han esgrimido varias razones para justificar la inversión en estos dos últimos metales, entre ellas
Uso industrial
Comúnmente denominados metales blancos, se ha demostrado que el paladio y el platino tienen amplios usos industriales, que incluyen, entre otros, servir como materias primas para la joyería y como convertidores catalíticos de vehículos, en los campos de la odontología y la electrónica. Dado el constante avance de la tecnología, especialmente en el sector de la automoción, no cabe duda de que la demanda de estos metales blancos seguirá aumentando durante un tiempo. Estos amplios usos han incrementado su demanda, convirtiéndolos en activos seguros y en una posible cobertura contra la inflación.
Similitudes químicas
A pesar de sus diferencias, ambos metales han demostrado varias similitudes químicas que les confieren efectos casi complementarios. Por ejemplo, como miembros naturales de la familia de los metales del grupo del platino, ambos metales comparten propiedades catalíticas similares, son resistentes a la degradación química, al deslustre y al desgaste, lo que los hace ideales para su uso como convertidores catalíticos, sirven como conductores resistentes a la corrosión para equipos eléctricos, células de combustible, se utilizan en odontología para la reparación de dientes y sensores de oxígeno, así como para la fabricación de joyas.
Rareza y coste
A pesar de estar disponibles en tantas formas como el oro y la plata, el platino y el paladio están disponibles en cantidades significativamente menores, lo que hace que sus precios sean más volátiles y, por tanto, menos atractivos para los inversores ocasionales. Se dice que son más raros que el oro, y se afirma que la suma de todo el platino extraído apenas llenaría un salón medio. A pesar de ello, se cree que el paladio es aproximadamente quince veces más raro que el platino, pero más barato, lo que da más razones para la lucha por él. Al ser uno de los metales más raros de la Tierra, la mayor parte (aproximadamente el 80%) del paladio está controlada por Rusia y Sudáfrica, lo que lo sitúa en la categoría de metales raros y le confiere una volatilidad superior a la media.
Con el aumento de la demanda de metales blancos en los campos de la automoción, la electricidad y la medicina, la inversión en platino y paladio ha alcanzado su punto álgido en los últimos años, atrayendo únicamente a los inversores serios a largo plazo, ya que los inversores ocasionales tienden a asustarse por la volatilidad de los precios.
En conclusión, además de contribuir a la diversificación de su cartera, las investigaciones han demostrado que invertir en platino y paladio es una sabia elección, ya que se ha demostrado que ambos metales mantienen su valor económico a lo largo del tiempo y, a diferencia de los metales más comunes, el oro y la plata, estos metales blancos no corren el riesgo de ser confiscados, como ocurrió durante la nacionalización del oro. A diferencia del oro, que a menudo se ve afectado por las fluctuaciones del mercado, hasta ahora los metales blancos han presentado una admirable resistencia a los deslizamientos en el mercado de los metales preciosos, probablemente como resultado de su mayor valor industrial.
