Oro frente a Bitcoin: uno es un metal precioso y el otro es una criptomoneda que está arrasando en todo el mundo. Esto lo convierte en una decisión de inversión difícil: ¿debo optar por el oro físico o por el digital? Dicho así, ambos parecen polos opuestos pero, sorprendentemente, ambos comparten muchas similitudes. De hecho, Bitcoin fue concebido para reproducir muchas de las propiedades del oro, como la escasez de oferta e incluso el concepto de "minería" (sólo que se hace digitalmente). Sin embargo, ambas son lo suficientemente diferentes como para servir a distintos propósitos en las carteras de los inversores.
Hay que tener en cuenta las ventajas de ambos antes de tomar una decisión. En primer lugar, el oro es un metal precioso producido de forma natural que no puede fabricarse artificialmente. Esto significa que su oferta es limitada, lo que se une a su alto valor inherente y permite utilizarlo como cobertura contra la inflación. Este metal se utiliza para monedas y lingotes. Puede cambiar de forma, pero no se deteriora con el tiempo. Además, su composición química única lo hace casi imposible de falsificar, lo que garantiza su autenticidad.
Por otro lado, el Bitcoin, como moneda digital, puede ser utilizado por cualquier persona en cualquier lugar del mundo y en cualquier momento. Aunque, al igual que el oro, Bitcoin también es resistente a la falsificación gracias a su protección mediante criptografía (códigos para proteger la comunicación eléctrica). Tiene una "clave pública" que puede utilizar cualquiera para enviarle fondos y una "clave privada" para retirarlos.
Además, al igual que la moneda física, quien la posea en último lugar es el propietario oficial, lo que la convierte en un "instrumento al portador". Si se pierde la clave privada, es imposible recuperarla. Otro factor de riesgo es que muchos piratas informáticos están siempre en busca de vulnerabilidades para su propio beneficio.
Puede resultar chocante para muchos, pero las criptomonedas no ofrecen el anonimato que uno supone. Todas las transacciones quedan registradas en el libro mayor público, incluida su clave pública. Una vez que alguien se hace con esa clave, puede rastrear todas las transacciones realizadas a través de ella. Los gobiernos pueden utilizar la clave pública para localizar a los delincuentes de la darknet. Muchos utilizan múltiples monederos para evitar esto, pero sólo ofrece una protección limitada.
Otra diferencia entre ambas es su estabilidad. El oro se ha utilizado históricamente como activo refugio por su estabilidad de precios y su resistencia a la incertidumbre económica y política en todo el mundo. El bitcoin, sin embargo, es conocido por sus repentinas subidas y bajadas, que dan lugar a mayores ganancias y pérdidas. Su volatilidad puede resultar problemática para algunos inversores. Los inversores que buscan inversiones estables a largo plazo suelen preferir el oro al Bitcoin.
La menor volatilidad del oro no significa un mal rendimiento. Durante el desplome de los mercados en 2008, el oro fue la primera opción para protegerse de la inflación en Europa y Norteamérica.
Los inversores que apuestan por Bitcoin sostienen que su valor va más allá de un medio de intercambio y es un activo en sí mismo. Se espera que mantenga su valor a largo plazo o incluso que aumente durante una crisis económica o mundial, al igual que el oro. Pero aún no ha existido el tiempo suficiente para comprobar si esto es cierto.
